Las emisiones de las instalaciones de combustión de tamaño medio eran las únicas de este tipo que no estaban cubiertas por la legislación comunitaria.
Este paso permitirá a los países comenzar a negociar la nueva directiva con el Parlamento una vez que éste acuerde su posición, lo que en principio no sucederá hasta abril, cuando el dossier pasará por la comisión pertinente de la Eurocámara.
Esta directiva forma parte del conjunto de iniciativas Aire Limpio, que se ha visto envuelto en la polémica debido a que la Comisión Europea (CE) ha planteado en su programa de trabajo para esta legislatura retirarlo parcialmente, en concreto la revisión de la directiva para instalar nuevos topes a la emisión de ciertos contaminantes.
En esta iniciativa acordaron que las instalaciones medianas ya existentes, las de menor tamaño, entre 1 y 5 MW, tendrán hasta 2030 para adaptarse y las de mayores dimensiones, de 5 MW hasta 50 MW, deberán cumplir la normativa ya en 2025.
Todas las instalaciones que comiencen a funcionar a partir de 2018 serán consideradas nuevas y habrán de cumplir directamente con la totalidad de los límites acordados.
También pactaron dar flexibilidad a sistemas aislados como los insulares, un punto de gran interés para España, y a ciertas instalaciones como las calefacciones de distrito, muy utilizadas en los países del Este, de modo que todas tendrán margen para adaptarse hasta 2030.
El sector marítimo internacional es el único dentro del transporte que no está cubierto por las normas comunitarias de reducción de gases de efecto invernadero, pese a ser uno de los que más contribuyen al calentamiento global.