Ryandito Mahendradani y Galuh Riyad se encontraban buceando cerca de la isla Kokoya, en Indonesia, cuando un hombre les ofreció mostrarles dos dugongos (madre e hijo).

La madre y su cría se encontraban enjaulados y encadenados para que los turistas pudieran sacarse fotos con ellos, previo pago de un par de dólares. Uno de ellos además estaba atado por la cola con una cuerda, generándole heridas bastante profundas.

El pescador accedió a liberar a los dugongos ante las peticiones de los buzos, quienes le avisaron de que estos animales están protegidos debido a su condición de especie amenazada. La denuncia de esta situación en las redes sociales por parte de los buzos alertó a las autoridades, que se desplazaron hasta el lugar para liberar a los animales, ya que el pescador había hecho caso omiso a las peticiones de los submarinistas.

El hombre, que fue denunciado por maltrato ante las autoridades de Indonesia, aseguró que los había capturado porque se comían sus peces, cuando se trata de animales herbívoros.