En la actualidad, se estima que tan solo viven entre 15.000 y 20.000 koalas salvajes en el estado de Nueva Gales del Sur, una de las principales zonas que sufrieron los terribles incendios.
No obstante, los guardabosques de la zona informan desde hace años que esta especie afronta una difícil situación debido a las sequías y a la continua destrucción de su hábitat para el desarrollo de la silviultura, la minería y la agricultura.
A estas amenazas, se suman otras como el cambio climático, los ataques de animales salvajes y domésticos, los accidentes al cruzar las carreteras y la enfermedad de la clamidia, la cual les provoca desde graves lesiones en todo el cuerpo hasta la muerte.
Por su parte, el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF) ha pedido la actuación inmediata del gobierno para modificar las leyes de desmonte y tala de árboles de Nueva Gales del Sur, pues si no hay árboles, no podrán sobrevivir koalas.
Además, un informe de WWF publicado en 2018 reveló que desde que se eliminó la Ley de Vegetación Nativa en agosto de 2017, el porcentaje de árboles talados en los bosques se ha triplicado hasta alcanzar las 8.194 hectáreas en el norte de del estado australiano.