Bridenstine, de 42 años y expiloto de combate de la Armada de EEUU, que participó en las guerras de Irak y Afganistán, ha sido el elegido por Trump para acceder al puesto de administrador de la NASA. De ser confirmado por la Cámara Alta pasaría a ser el 13º director de la Agencia Espacial estadounidense.
El congresista, un gran partidario de la exploración de la Luna que ha advertido del enorme problema que supone la basura espacial orbital, se ha centrado en revitalizar la NASA, con la presentación de un proyecto legislativo llamado “Ley del Renacimiento Espacial Estadounidense”.
Respecto al cambio climático, a cuya investigación la NASA dedica notables recursos a nivel mundial, Bridenstine ha llegado a decir que la actividad humana no es la responsable del incremento de la temperatura de la Tierra.
Asimismo, el congresista ha declarado su defensa de las compañías comerciales para el espacio y ha declarado que "el Gobierno de EEUU entiende que en el futuro, e incluso hoy, será un cliente de servicios espaciales rutinarios, no un proveedor".
Además, Bridenstine se ha declarado preocupado por el interés espacial en Oklahoma, donde es representante en la Cámara baja.