El estudio defiende que las predicciones climáticas estacionales son una herramienta muy útil para la gestión de riesgos pero, que en caso de las sequías, los sistemas están infrautilizados porque no se conoce su capacidad predictiva.
Actualmente, para hacer predicciones los expertos utilizan sobre todo dos sistemas: uno de tipo empírico-estadístico, el sistema de predicción de regulación por conjuntos (‘ensemble streamflow prediction’, ESP), que se basa en reordenar datos históricos, y otro, de tipo dinámico, que se basa en los datos de modelos numéricos como los del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWF).
Ser capaces de predecir la sequía puede ser muy útil para gestionar las reservas de agua o para la gestión de incendios, según los expertos. Por ello, un nuevo estudio, llevado a cabo por la Universidad de Barcelona, el Barcelona Supercomputing Center y el centro JRC de la Comisión Europea, ha estudiado la predictibilidad de la sequía estival en Europa.
Los resultados, publicado en la revista 'Environmental Rsereach Letters', avalan la capacidad predictiva de los infrautilizados sistemas estadísticos y dinámicos actuales para prevenir la sequía en nuestro contienente de una estación a otra.
"Los resultados muestran que los dos sistemas tienen capacidad predictiva a cuatro o cinco meses vista", afirma Marco Turco, investigador del Grupo de Análisis de Situaciones Meteorológicas Adversas (GAMA) de la Universidad de Barcelona y primer autor del trabajo.
Turco ha explicado que, con datos de un mes de abril, los investigadores hicieron un primer pronóstico para agosto siguiente, y comprobaron que estos sistemas "tienen una capacidad predictiva razonable con valores más altos en el sureste de la zona europea estudiad".
Los autores, concluyen, que con este estudio se sugiere que se podrían implementar un sistema predictivo, de este tipo, utilizando bases de datos observados en tiempo casi real.