El oso andino -u oso de anteojos- es uno de los mamíferos sudamericanos de más alzada y el peso de los machos adultos puede llegar a alcanzar los 140 kg. En su naturaleza está ser un animal fuerte, solitario y agresivo. Pero la codicia y la mala suerte se cruzaron en el camino de Cholita cuando la capturaron.
El aspecto de Cholita debería ser muy distinto. En vez de un pelaje negro, grueso y espeso su piel está desnuda. El estrés de la cautividad, la mala alimentación y los golpes provocaron la caída total de su melena.
Las cicatrices del abusivo pasado de Cholita son evidentes: le amputaron las garras para que no pudiera defenderse y le quitaron los dientes en un cruel intento de domesticarla.
Afortunadamente, la historia de Cholita tiene un final feliz. Después de ser rescatada de ese infierno en el que vivía, la trasladaron a un zoológico de Perú de forma temporal hasta encontrar un sitio adecuado para ella.
Animal Defender Internacional (ADI), una organización pro derechos de los animales, en colaboración con las autoridades peruanas, ha difundido en las redes una campaña para salvarla. En pocos días más de 30.000 personas han visto su vídeo en Youtube y varias asociaciones se han unido a la causa.
Finalmente, en septiembre de 2015, Cholita encontró un hogar en la reserva ecológica de Taricaya, en Perú. Con 25 años de edad, Cholita es ya una osa anciana. No obstante, con el tratamiento veterinario y su nueva libertad en la reserva, su estado de salud ha mejorado mucho.