La muerte del león Cecil ha impactado en la sociedad, pero cada día, mueren cientos de animales presa de los cazadores furtivos. El marfil o los cuernos, en el caso de los rinocerontes, son el principal objetivo de estos cazadores.
El último ejemplar en sufrir los efectos de la caza furtiva es Themba, una hembra de rinoceronte a la que mutilaron y, además, cazaron a su cría. Sin embargo, en esta ocasión la historia podría tener un final no tan triste.
La ONG 'Saving the Survivors' le ha dado una segunda oportunidad con un injerto de piel de un elefante que había muerto por causas naturales.
El cuerno de la hembra no se ha podido recuperar, pero han desinfectado y cubierto la herida para evitar futuros problemas.
Los rinocerontes son una de las especies más amenazadas. "Creemos que es importante salvar cada rinoceronte, porque en cinco años puede que solo queden unos pocos y, para entonces, será demasiado tarde para intentar hacer algo al respecto", afirma el doctor Johan Marais, director de la ONG.
Themba no es el primer ejemplar que recibe la ayuda de esta organización. Hope, una hembra de rinoceronte blanco de cuatro años, fue otra víctima de la caza furtiva. El ejemplar necesitó una especie de escudo hecho de metal para cubrir las heridas que le habían producido. La operación duró tres horas y necesitó la intervención de cuatro veterinarios.
Entre los años 2012 y 2015, 2.297 rinocerontes fueron presa de los cazadores furtivos. La organización ha tratado a nueve supervivientes y ha conseguido salvar la vida a nueve de ellos.