Los representantes de más de 50 países intervinieron en la jornada, en la que se escucharon desde propuestas de nacionalización de los recursos naturales, hasta advertencias sobre las consecuencias del cambio climático o llamadas de atención por la pobreza que aflige a millones de personas en todos los continentes.
"Dejemos las justificaciones y egoísmos y busquemos soluciones. Esta vez, todos, absolutamente todos, pagaremos la consecuencias del cambio climático", advirtió el presidente cubano, Raúl Castro, en un discurso en el que culpó a los países industrializados y al modelo neoliberal de los males de la sociedad moderna.
Castro conminó a destruir los arsenales nucleares y promover el desarme de las naciones porque en su opinión, a las guerras por el petróleo desatadas en Oriente Medio, "se añadirán otras" en el futuro por el control del agua y "otros recursos en vías de agotamiento".
Los efectos devastadores del cambio climático también fueron subrayados por el primer ministro ruso, Dimitri Medvédev, quien defendió que cada país establezca "voluntariamente" su propio plan contra el cambio climático y que divulgue las metas. "Creemos que la economía, la sociedad y la naturaleza están vinculados, necesitamos un nuevo modelo de desarrollo que permita el bienestar de las sociedades sin grandes presiones sobre la naturaleza", manifestó.
Exigencias de los indígenas
Mientras los mandatarios intervenían, al menos un centenar de indios de varios lugares del mundo entregaba en el complejo Riocentro, sede de las reuniones, un documento que recoge sus exigencias sobre conservación de la naturaleza, producto de una semana de debates en una aldea construida a unos cinco kilómetros del lugar.
De la naturaleza habló también el presidente de Ecuador, Rafael Correa, para reivindicar compensaciones económicas de los países ricos a aquellos que se esfuerzan por preservar el ambiente. "Esa compensación serviría para pagar la deuda ecológica de los países ricos", afirmó Correa, quien puso de nuevo como ejemplo la iniciativa Yasuní-ITT, con la que Ecuador pretende obtener fondos internacionales para desarrollar proyectos sostenibles a cambio de no explotar una reserva petrolera que descubrió en la Amazonía.
Más radical fue su colega boliviano, Evo Morales, que defendió abiertamente la nacionalización de los recursos naturales con el argumento de que se debe evitar que se conviertan en una mercancía más. "Los recursos naturales no pueden ser negocio de trasnacionales, los servicios básicos jamás pueden ser negocio privado, ni las telecomunicaciones ni el agua", afirmó Morales, quien aseguró que su propuesta hay que entenderla como una "forma de recuperar" el patrimonio natural, por lo que es una "obligación del Estado".
La pobreza, uno de los males que el desarrollo sostenible está llamado a reducir, fue invocada en varias intervenciones, entre ellas las de los mandatarios de Sudáfrica, Haití y República Dominicana. El presidente sudafricano, Jacob Zuma, dijo que no se podrá decir que existe el desarrollo sostenible o la paz mundial mientras "los niños africanos mueran por hambre o enfermedades".
En ello coincidió su colega haitiano, Michel Martelly, quien reclamó más rigor contra la pobreza, por la que países como el suyo están más expuestos a los efectos del cambio climático y a las catástrofes naturales.
"Tenemos esperanza de que esta conferencia sea el punto de inflexión para crear un nuevo paradigma, para luchar contra la pobreza, contra la inequidad, la falta de justicia social y la degradación ecológica", afirmó a su turno el mandatario dominicano Leonel Fernández.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, llamó la atención sobre la necesidad de tomar "decisiones políticas del más alto nivel" para poner en marcha los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una iniciativa de su país incluida en el documento final de la Río+20.
CUMBRE RÍO+20
CUMBRE RÍO+20
Hay que pasar a la acción
La cumbre de la Río+20 continúa con una lluvia de propuestas de los jefes de Estado o de Gobierno para que la preocupación mundial con el futuro del planeta vaya, de una vez, más allá de las buenas intenciones.
Hazte Eco
| Río de Janeiro | 22/06/2012