¿Podríamos estar en el fin de los residuos de plástico? Un gusano es capaz de acabar con los plástico y acabar, así, con los resiudos plásticos. El descubrimiento, realizado por Federica Bertocchini, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), junto a científicos de la Universidad de Cambridge, se publica en Current Biology.
Los gusanos se mantuvieron temporalmente en una bolsa de plástico que en poco tiempo quedó agujereada. Después, un centenar de gusanos de cera fueron expuestos en una bolsa de plástico de un supermercado del Reino Unido. Los agujeros comenzaron a aparecer después de 40 minutos, y tras 12 horas se produjo una reducción de la masa de plástico de 92 mg de la bolsa.
La tasa de degradación es muy rápida en comparación con otros descubrimientos recientes, como las bacterias reportadas el año pasado que biodegradaban algunos plásticos a una velocidad de tan sólo 0,13 mg por día, según los científicos.
"Este descubrimiento podría ser una herramienta importante para ayudar a deshacerse de los residuos de plástico de polietileno acumulado en vertederos y los océanos", han explicado los expertos.
El polietileno se utiliza en gran medida en los envases, y representa el 40% de la demanda total de productos de plástico en Europa, donde hasta el 38% de plástico se desecha en vertederos, y, en términos generales, el plástico es muy resistente a la descomposición.
La cera de abejas sobre la que crecen los gusanos de cera se compone de una mezcla muy diversa de compuestos lipídicos: moléculas de bloques de construcción de las células vivas, incluyendo grasas, aceites y algunas hormonas.
Si bien el detalle molecular de biodegradación cera requiere una mayor investigación, los investigadores dicen que es probable que la digestión de la cera de abejas y polietileno implica romper tipos similares de enlaces químicos. "La cera es un polímero, una especie de 'plástico natural,' y tiene una estructura química no muy diferente al polietileno", dice Bertocchini, autora principal del estudio.
Los investigadores realizaron un análisis espectroscópico para mostrar cómo los enlaces químicos en el plástico se rompían. El análisis reveló que los gusanos transformaban el polietileno en etilenglicol, lo que representa moléculas 'monoméricas' no enlazadas.
Para confirmar que no era sólo el mecanismo de masticación de las orugas las que degradaban el plástico, el equipo aplastó algunos de los gusanos y los untó en bolsas de polietileno, con resultados similares.
"Las orugas no sólo se comen el plástico sin modificar su composición química. Demostramos que las cadenas de polímero de plástico de polietileno en realidad están rotas por los gusanos de cera", señala Bombelli.
"La oruga produce algo que rompe el enlace químico, tal vez en sus glándulas salivales o una bacteria simbiótica en su intestino. Los pasos a seguir para nosotros será tratar de identificar los procesos moleculares en esta reacción y ver si podemos aislar la enzima responsable", añade.
"Estamos pensando en poner en práctica este hallazgo de forma viable para deshacer los residuos plásticos, trabajando hacia una solución para salvar nuestros océanos, ríos, y todo el medio ambiente frente a las consecuencias inevitables de la acumulación de plástico", concluye Bertocchini.
Para la investigadora, no obstante, "lo más bonito es que este hallazgo lo hemos encontrado en la naturaleza. "Para nosotros es impactante que la propia naturaleza nos pueda dar la solución al grave problema medioambiental de los plásticos", añade.