El calor está azotando fuerte en lo que va de verano, el sur mediterráneo, incluido España, que ha experimentado hasta tres olas de calor consecutivas (23 de junio, 10 de julio y 17 de julio). A pesar de ello, no parece que vayan a ser las últimas del período estival, sin descartarse tampoco que se prolonguen hasta casi entrado el mes de octubre. De darse esta situación, 2023 podría convertirse en el año más caluroso de la historia; superando así al pasado 2016.
Un fenómeno cuyas principales causas tienen mucho que ver con casos como las alteraciones en la circulación atmosférica, aumentos en las temperaturas del mar, suelos resecos o eventos naturales como 'El Niño', todo ello causado por el cambio climático.
Pese a que las olas de calor, a las que cada vez nos habituamos más, afectan a la sociedad mundial deben guardar especial cuidado los grupos de personas más vulnerables. Sobre todo aquellas personas que sufren enfermedades cardiovasculares, diabetes o asma aunque también por supuesto los niños, las mujeres embarazadas y las personas de edad avanzada.
En referencia a estos colectivos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha confirmado que, junto a la Organización Metereológica Mundial (OMM), prepara un sistema de alerta ante las amenazas derivadas del excesivo calor.
Así lo ha comunicado en una rueda de prensa la directora del departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, María Neira, quien además ha instado a los gobiernos al desarrollo de estrategias y planes locales de avisos que aseguren una mayor "detección inmediata de todas las personas potencialmente en riesgo".
Al mismo tiempo, la experta española de la OMS ha recalcado la importancia de reducir la huella de carbono para suavizar la crisis climática y de tal manera, la frecuencia, intensidad y duración de las elevadas temperaturas percibidas.