El proyecto pretende restaurar el ciclo reproductivo de los corales y aumentar las poblaciones de los arrecifes dañados de Vlasoff y Arlington, frente a la costa de la ciudad de Cairns, según un comunicado de la Universidad James Cook (JCU).
"Esta es la primera vez que el proceso entero de cría y asentamiento de larvas a gran escala se hará directamente en arrecifes de la Gran Barrera", ha declarado el líder del proyecto, Peter Harrison, en el comunicado.
En la iniciativa se recolectarán los gametos masculinos y femeninos que se unen y forman las larvas de corales para posteriormente liberar a estos nuevos organismos en las partes más degradadas en la parte norte de la Gran Barrera, que ha sido dañada por los blanqueos consecutivos de 2016 y 2017.
La recolección se hará el próximo fin de semana coincidiendo con la liberación masiva y sincronizada de gametos en la Gran Barrera, un fenómeno reproductivo que ocurre generalmente las noches de luna llena entre los meses de octubre y noviembre.
El equipo, formado por varias universidades y organismos de conservación de Australia, tiene previsto restaurar cientos de metros cuadrados de corales, con la esperanza de que esto permita la recuperación de varios kilómetros cuadrados de estos organismos marinos.
Harrison logró con anterioridad restaurar corales a pequeña escala en Filipinas, y en Heron y en la islas One Tree, en Gran Barrera, pero este será el primer intento a gran escala.
El científico australiano aclaró que su proyecto "no salvará" a la Gran Barrera, solamente pretende "ganar tiempo para que las poblaciones de corales puedan sobrevivir y evolucionar hasta que se limiten las emisiones y se estabilice nuestro clima".
"La acción contra el cambio climático es la única manera de asegurar que los arrecifes coralinos puedan sobrevivir en el futuro", indicó.
En julio, el Consejo del Clima australiano alertó que la Gran Barrera podría sufrir unblanqueo masivo de sus corales cada dos años a partir de 2034 si se mantienen las tasas de contaminación de gases invernadero.
La Gran Barrera, hogar de 400 tipos de coral, 1.500 especies de peces y 4.000 variedades de moluscos, comenzó a deteriorarse en la década de 1990 por el doble impacto del calentamiento del agua del mar y el aumento de su acidez por la mayor presencia de dióxido de carbono en la atmósfera.