El objetivo de este proyecto es “sacar por primera vez a la luz” las cifras de la mortalidad de especies de vertebrados que se producen en las carreteras españolas y contribuir a la seguridad vial, según un comunicado del Miteco.
La recogida de datos del Plan SAFE se realizará mediante voluntarios implicados en el proyecto, que elegirán un itinerario y lo recorrerán en bicicleta, a pie o en coche al menos una vez al mes durante un año.
Los voluntarios anotarán “todos los animales atropellados a través de aplicaciones para dispositivos móviles o bien de forma manual”.
El éxito de este plan, según señala el Miteco, se alcanzará “solo gracias a la implicación voluntaria de numerosas personas”.
La recopilación de datos sobre los itinerarios fijos, que se recorrerán en repetidas ocasiones y se distribuirán por todo el territorio español, proporcionará una “oportunidad única” para cuantificar la mortalidad de fauna por atropellos en el país.
También servirá para “evaluar qué especies se ven más afectadas por este problema y conocer qué factores influyen en que se atropellen más o menos animales”.
Incorporar rutas adicionales
Además, el propósito de la iniciativa es que el voluntariado mantenga las visitas a sus itinerarios más allá de ese horizonte temporal y que nuevas personas se incorporen con rutas adicionales para crear una red de seguimiento de los atropellos de fauna.
El atropello de fauna, según el Gobierno, constituye uno de los impactos “más evidentes que producen las vías de transporte en los ecosistemas”.
Sin embargo, “existe poca información de la mortalidad de fauna que genera el tráfico rodado y lo que se conoce está disperso en distintas fuentes”.
Los grupos de vertebrados más afectados por este problema son los anfibios y los reptiles.
En el caso de los anfibios, la mortalidad es “muy alta” en época reproductora en los tramos de carreteras que cortan caminos de dispersión entre charcas.
Las aves en vuelo son también arrolladas “con frecuencia”, especialmente cuando la vía atraviesa determinadas áreas, como los humedales.
Entre los mamíferos, erizos, comadrejas, zorros y ardillas, en sus áreas de distribución, conforman las especies silvestres “más atropelladas”.
Asimismo, los atropellos son una “importante amenaza” para especies como el lince ibérico, pero también los que afectan a ungulados, como ciervos, corzos o jabalíes, pueden dar lugar a “peligrosos accidentes de tráfico”.
En el caso de los ungulados, este hecho ocurre con más frecuencia en las proximidades de cotos de caza, sobre todo durante o después de cacerías.
Además, cuanto más tiempo permanecen los cuerpos en la calzada, o incluso en el arcén, “más probabilidad hay de que predadores o carroñeros acudan a comerlos y sufran la misma suerte”, concluye el Miteco.