El informe trata sobre las zonas en las que se difumina la frontera entre lo urbano y lo forestal por la incursión caótica de urbanizaciones, construcciones y viviendas en los montes: es la llamada interfaz urbano-forestal, que está convirtiendo en zonas de altísimo riesgo ante un escenario de grandes incendios forestales, que son cada vez más ingobernables por los cuerpos de extinción.
Para WWF urge cambiar el enfoque de la lucha contra el fuego. De no hacerlo, podremos enfrentarnos, según indica la organización, a superincendios simultáneos e inabordables por los medios de extinción.
La organización ecologista pide a las administraciones que inviertan esfuerzos urgentes en conocer la dimensión del problema, así como que se impida la construcción de nuevas viviendas en los montes y se eliminen las edificaciones ilegales.
El abandono de los montes y su invasión caótica por urbanizaciones y otras construcciones han creado escenarios de altísimo riesgo, en los que incendios cada vez más virulentos y destructivos afectan de modo creciente a la población, destaca WWF en su informe.
Para la organización, los incendios han dejado de ser un problema estrictamente ambiental o rural, para convertirse en una emergencia civil: el fuego amenaza viviendas aisladas, urbanizaciones o pueblos, complicando las labores de extinción.
Algunos datos
En 2015 se produjeron un 40% más de evacuaciones en relación al total de incendios que en 2005 (el primer año en el que existen estadísticas del Ministerio del Interior).
Millones de hectáreas, casas y personas, están en las "puertas del fuego", según indica WWF: en el año 2000, ya existían 1,1 millones de hectáreas de zonas consideradas de interfaz urbano-forestal, una cifra que ha seguido creciendo.
El litoral mediterráneo, la Comunidad de Madrid, Galicia o el valle del Tiétar en Ávila son regiones con zonas de interfaz muy peligrosas en caso de incendio.
Además, reclama WWF, hace falta concienciar y corresponsabilizar a la población sobre el riesgo: tan sólo el 10% de las urbanizaciones disponen de planes de autoprotección frente al fuego,
“Incendio fuera de la capacidad de extinción”
Cuando se origina un incendio en zonas con cargas de combustible muy altas y en días con condiciones meteorológicas adversas, el comportamiento del fuego puede ser tan extremo que no exista ninguna posibilidad para que los medios de extinción puedan controlarlo.
El fuego únicamente podrá apagarse cuando cambien las condiciones meteorológicas o cuando llegue a una zona con vegetación menos inflamable. Estos casos, en los que ningún esfuerzo resulta efectivo para los cuerpos de extinción, se conocen como “incendio fuera de la capacidad de extinción”.
Para WWF, los grandes incendios no se apagan con agua, sino con gestión forestal y planificación territorial. Solo reduciendo la vulnerabilidad del paisaje a la propagación de las llamas evitaremos que los grandes incendios forestales devoren comarcas enteras, concluye el informe.