Con este nuevo estudio, los investigadores han demostrado que el aumento en la temperatura de tan sólo 0,5ºC que sucedió hace aproximadamente hace 1.000 años, provocó un aumento en la frecuencia de incendios naturales en los bosques de las Montañas Rocosas, en el Oeste de Estados Unidos, provocando que el 83% de los árboles ardieran.

Gonzalo Jiménez-Moreno, investigador del departamento de Estratigrafía y Paleontología de la Universidad de Granada y uno de los participantes de este estudio explica "sabemos que durante este período se alcanzaron temperaturas similares a las de las últimas décadas". 

"Este hecho nos indica que el aumento que se está observando en la temperatura en la actualidad predice más y más fuertes incendios naturales en los bosques de esta región, lo que podría ser aplicado a otras regiones del mundo como la nuestra", destaca el experto. 

Los investigadores son capaces de averiguar cómo varía la frecuencia de incendios es una región en el pasado gracias al estudio de la cantidad de carbones microscópicos que encuentran en los sedimentos de los lagos. 

"Cuando se produce un incendio, se emiten muchos carbones en forma de 'humo' a la atmósfera, y estas partículas caen y se depositan en las cuencas sedimentarias en un radio de unos kilómetros alrededor del foco del incendio. Al estudiar la cantidad de carbones por centímetro cúbico de sedimentos, vemos que había épocas en las que los incendios eran muy abundantes y otras no tanto".

Así, se ha podido comprobar que la cantidad de incendios naturales aumenta cuando suben las temperaturas, algo que ocurrió durante el Periodo Cálido Medieval y que está ocurriendo también en la actualidad. 

Aunque esta investigación se ha centrado en las Montañas Rocosas de EEUU, el experto señala que estos resultados "pueden ser perfectamente extrapolados a otras zonas del planeta, como Europa, ya que desde hace décadas se está viviendo un aumento de temperaturas similar al que provocó aquellos grandes incendios en el Período Cálido Medieval.