El IEO ha confirmado que entre agosto y septiembre, el equipo de investigación del Grupo de Ecología de Angiospermas Marinas realizará la campaña de toma de muestras para comparar la situación actual y la que había en el año 2014.
El objetivo es cuantificar los cambios ocurridos tras la eutrofización entre 2015 y 2016, que supuso la pérdida del 81 % del hábitat con una proliferación masiva de fitoplancton que causó, durante más de nueve meses, la falta de luz por debajo de los niveles mínimos para hacer la fotosíntesis.
Esa vegetación ha sido sustituida por fondos de sedimentos desnudos con muy elevada carga orgánica y niveles de anoxia, y su recuperación dependerá de las condiciones en las que esté el agua y los sedimentos, así como otros factores.
Además, los investigadores realizarán experimentos para evaluar la recolonización de las especies del fondo de la laguna salada, para recuperar la estructura y funcionalidad del ecosistema.
Por ello en el estudio se han implicado los grupos del IEO que investigan desde la calidad físico-química y biológica del agua, a la hidrodinámica e hidrología y la geología. También se prevé que aporten información muy relevante y novedosa sobre la distribución de las praderas marinas.
El estudio forma parte del proyecto “Restauración y conservación de hábitat costeros y lagunares como adaptación ante los efectos del cambio climático sobre el litoral del Sureste de la Península Ibérica”, realizado en colaboración con la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) y financiado por la Fundación Biodiversidad.