Ante la realidad de que jamás podría volver a la vida marina, cobró forma el proyecto de creación del primer hospital especializado en el cuidado de tortugas marinas, animales en peligro de extinción.
Ahora, Esperanza, nombre puesto por los veterinarios que la recibieron moribunda, se ha convertido en embajadora del programa de conservación ambiental y de concienciación que impulsa el Hospital de Tortugas Marinas de Xcaret.
Ana Cecilia Negrete Philippe, médica veterinaria zootecnista del Hospital de Tortugas Marinas, explicó que la especie es sumamente frágil y basta con ver el caso de "Esperanza" para darse cuenta del tiempo que tarda en recuperarse de sus heridas, pues a once años de haber sufrido el ataque su caparazón aún recibe tratamiento médico.
"Ahora su labor es educativa, de sensibilización hacia la comunidad, hacia la gente, hacia donde llegue el medio de comunicación que sea; es muy importante. El mensaje de 'Esperanza' es que tenemos que cuidar a nuestras mascotas, tenemos que tenerlas con correa. No las podemos dejar libres, a su albedrío; son mascotas y, bueno, pueden ocasionar este tipo de accidentes", explicó.
El Hospital de Tortugas Marinas es único en el país y en una década ya ha recibido cientos de ejemplares, no solo rescatados en el estado de Quintana Roo, sino en toda la Península de Yucatán (sureste de México).
"Básicamente lo que hacemos es recibir tortugas que requieren atención médica para atenderlas, rehabilitarlas y una vez que están recuperadas, poderlas devolver al mar", ha dicho Negrete.
Los motivos por los que son hospitalizadas van desde "fracturas de cráneo con machetes -esos casos son muy complicados-, golpes de propelas (hélices) de lancha, que sale la tortuga a respirar y pasa la lancha a toda velocidad, la golpea con la propela, le fractura el carapacho y entonces requiere años de recuperación esa tortuga para ser liberada".
"Vemos mucha línea de pesca, desgraciadamente la línea de pesca ingerida tiene muy mal pronóstico", agregó.
De manera directa en el Hospital de Tortugas trabaja un grupo de seis veterinarios, pero cuando se requiere son más de cien personas del área de conservación ambiental de empresa turística Grupo Xcaret las que se integran a los trabajos relacionadas con las tortugas marinas.
Solo para poder mover una tortuga de las dimensiones de "Esperanza", que ya pesa más de 150 kilos, se necesitan hasta ocho personas.
Algunos de los "pacientes" que se encuentran ingresados son pequeñas crías de tortuga afectadas por la llegada de sargazo a las costas del Caribe mexicano y que no pudieron adentrarse en el mar.
Otros ejemplares que han sufrido la mutilación de alguna de sus aletas deberán esperar algunos años más para poder ser liberadas. Entre ellas figura una tortuga carey.