Los ecosistemas son unos entornos frágiles que pueden destruirse o sufrir daños muy graves si se rompe su equilibrio natural. El asentamiento de nuevas especies es una de las causas principales que pueden poner en peligro a los ecosistemas.
Las catástrofes naturales o el transporte de mercancías pueden provocar que nuevas especies se introduzcan en nuevos ecosistemas. El hecho de que esta especie no encuentre depredadores naturales puede provocar que la especie se asiente y que, incluso, desplace a los animales autóctonos.
El hombre también ha contribuido a que esta situación se produzca de forma más habitual con la introducción de nuevas especies en una zona determinada para intentar solucionar un problema puntual y, al final, la situación se descontroló.
La carpa asiática se introdujo en los ríos estadounidenses para solucionar un problema con las algas y parásitos que afectaban a los peces nativos. Sin embargo, la situación se descontroló, pues esta especie es muy prolífica y voraz. Además, estos animales acostumbrar a saltar y golpear a lo que les molesta cuando escuchan un ruido que les asusta.
La chinche americana de pino es una plaga que tiene su origen en Estados Unidos, donde se extendió hacia Canadá y México. Esta especie cruzó el Atlántico gracias al transporte marítimo o aéreo y llegó a Europa. Su principal víctima son las coníferas, pues se alimenta principalmente de los piñones de las piñas.
La cotorra argentina está considerada como una plaga en Argetina, Uruguay y el sur de Brasil y llegó a Europa como mascota, pero debido a su alto nivel de reproducción está presente en la mayoría de los países del Mediterráneo. Esta especie causa grandes pérdidas económicas pues se alimentan de los sembradíos, además de desplazar a las especies autóctonas.
La espiguilla es una planta que llegó a Estados Unidos procedente de Asia y Europa y, aunque aparentemente parece inofensiva, los daños que produce en los ecosistemas es importante. Su gran capacidad de recuperación le permite aparecer con gran rapidez en los bosques tras un incendio, lo que impide que renazcan otras especies.
El mejillón cebra es una de las especies más peligrosas e invasoras a nivel mundial. La especie fue introducida en el Ebro y al poco tiempo ya estaba presente en el Mediterráneo reproduciéndose de forma muy rápida. Además, es un animal que se asienta en espacios tan extraños como presas e instalaciones a pie de agua, por lo que el trabajo que requiere retirarlos y evitar que vuelvan a aparecer necesita un gran desembolso económico.
El pez león colorado es una especie natural del Índico y que, a pesar de su atractivo aspecto, posee un poderoso veneno en sus aletas dorsales. El huracán Andrew rompió un acuario situado en la costa de Florida y varios ejemplares quedaron libres. Actualmente, esta especie está presente en el Caribe y la costa este de Estados Unidos. Su gran tamaño provoca que expulse a las especies autóctonas, sumado a que no tiene depredadores naturales en su nuevo hábitat.
La rata almizclera es una especie originaria de Estados Unidos y Canadá y que se introdujo en Europa y Asia para usarla en la industria peletera, debido a la calidad de su piel. Actualmente, está considerada como una plaga en países como Holanda y Luxemburgo debido a los desastres que provoca en los cultivos y en los diques que evitan que entre agua salada en los cultivos.
El sapo de caña se introdujo en Australia como forma de combatir la plaga de escarabajos que acababan con la caña de azúcar. Este sapo es el depredador natural de este escarabajo por lo que acabaron con la plaga, pero se aclimataron al entorno y echaron a varias especies de la zona debido a la toxicidad que segrega a través de la piel. Hoy son una plaga.
La serpiente arbórea marrón vive en las costas del Índico, pero después de la Segunda Guerra Mundial llegó de forma silenciosa a la isla de Guam, en Estados Unidos, donde ya ha acabado con más de la mitad de la fauna autóctona, murciélagos, lagartos y aves.
La serpiente rey albina se ha convertido en una amenaza para la fauna de las Islas Canarias. Esta especie era una mascota muy apreciada hace 15 años, pero en la actualidad ha puesto en peligro de extinción al lagarto de Gran Canaria, su alimento principal.