Este 15 de junio se ha conmemorado el Día Mundial del Viento, un evento que, en esta ocasión ha estado marcado por los múltiples beneficios de este elemento, tanto a la hora de crear energía limpia, como para dispersar la polución.
Durante 2018, la energía generada por el viento supuso en euros un ahorro de 3.394 millones. Como informa la patronal eólica, esto se traduce en un 0,31% del PIB español. Además, estos datos recogen también que gracias a la energía eólica, en 2018 nuestro país evitó la emisión de 25 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera y proporcionó un 20% de la demanda de energía.
Por otra parte, como adelantan desde la Asociación Empresarial Eólica (AEE), el viento favorece también la reducción de la contaminación a través de la dispersión de las sustancias contaminantes que permanecen suspendidas en el aire. Es por ello de vital importancia dentro de los núcleos urbanos donde la ausencia de este elemento incrementa la concentración de polución y agrava los problemas de salud.
A nivel de productor de energía eólica, España se sitúa en el quinto lugar, por detrás de China, Estados Unidos, Alemania e India. Pero además, se convierte en la segunda potencia dentro de la Unión Europea entre los países que más apuestan por esta producción energética. Una situación que los expertos buscan continuar fomentando, en favor de una transición energética que logre sustituir de manera eficaz el uso de combustibles fósiles.