Eliminar 11 rutas aéreas con alternativa en tren podría reducir en casi un 10 % sus emisiones de la aviación. según un estudio de Ecologistas en Acción, que ha analizado el impacto ecológico y económico de trasvasar pasajeros aéreos al tren frente a la crisis climática.
Desde esta organización subrayan que España es uno de los países de la UE donde más han crecido los vuelos domésticos en los últimos años, “con unos enormes impactos en términos de emisiones totalmente incompatibles con los objetivos que nos hemos dado”.
Las operaciones aéreas domésticas aumentaron en España un 27 % entre 2013 y 2019, mientras que en Francia o en Reino Unido el tráfico aéreo se redujo en un 5 y un 8 %, respectivamente. Además “es una cuestión de salud pública”, ha aseverado Pablo Muñoz, coordinador de Aviación de Ecologistas en Acción, en la presentación del informe en Madrid, donde ha recordado que además de las emisiones de gases invernadero de la aviación -responsable de en torno a un 3 % del CO2 emitido a nivel global- los aviones son fuentes de contaminantes atmosféricos.
Muñoz ha subrayado que la política de eliminar estas 11 rutas aéreas es “viable” desde un punto “técnico y legal”, y ha recordado que Francia ya ha eliminado los vuelos cortos con alternativa en tren tras el visto bueno de Bruselas, y que en España cuenta con una aceptación social y una “base política importante”.
Ecologistas en Acción presentó, junto a otras 13 oenegés, la propuesta de eliminar vuelos cortos con alternativa ferroviaria de menos de 4 horas -como el puente aéreo Madrid-Barcelona, entre otros- a los diferentes grupos parlamentarios mientras se tramitaba en el Congreso el proyecto de Ley de Movilidad Sostenible, que quedó paralizado a causa del adelanto electoral.
En base a sus conversaciones con los diferentes partidos políticos, la ONG señala que la medida fue apoyada por Más País-Verdes Equo, que elevó el tiempo de la alternativa ferroviaria a 5 horas, mientras que otras formaciones, como el Grupo Parlamentario Popular, no se mostraron en contra, y aseguraron incluso que estudiarían la medida. La política adoptada en Francia es, para los ecologistas, demasiado restrictiva, al aplicarse sólo a los trayectos de corta distancia que puedan realizarse en tren en menos de dos horas y media, y así según Muñoz "limita su potencial" y se convierte en algo “simbólico”.
Desde Ecologistas en Acción proponen que en España, país que “reúne todas las condiciones para trasvasar al ferrocarril un gran número de pasajeros”, por su extensa red de alta velocidad -la mayor de la Unión Europea y la segunda mayor a nivel global-, la prohibición se aplique a los trayectos que puedan hacerse por tren en menos de cuatro horas.
Así, insisten en que eliminar estas 11 rutas -que comportan el 13,1 % de todas las operaciones domésticas aéreas en España- y el consecuente ahorro de más de 300.000 toneladas de CO2, sería posible con la infraestructura ferroviaria ya existente, y por tanto sin necesidad de añadir “ni un kilómetro más de vía”.
El estudio ha valorado además los tiempos de desplazamiento que exige cada una de las rutas propuestas, y ha detectado que, contando con la espera antes de viajar, el viaje en sí y el traslado desde y hasta el domicilio o el hotel -los aeropuertos se encuentran en las afueras de las urbes y las estaciones de tren en pleno centro- el 100 % de las 11 rutas se realizan más rápido en tren que en avión. Estas son: Alicante-Madrid, Barcelona-Madrid, Barcelona-Valencia, Madrid-Pamplona, Madrid-Málaga, Madrid-Santiago, Madrid-Valencia, Madrid-A Coruña, Madrid-Granada, Madrid-Sevilla y Madrid-Logroño.
El análisis también ha tenido en cuenta la calidad del servicio de esos 11 corredores ferroviarios, para asegurar que cada uno cuenta con al menos cuatro servicios por sentido y día, si bien consideran que para acoger a los pasajeros que en estos momentos se desplazan en avión entre esos destinos, habría que aumentar el número de servicios.
Viabilidad económica
En cuanto al impacto que la propuesta puede acarrear en la estructura de mercado y la competencia, los ecologistas concluyen que “no es esperable que eliminar las rutas aéreas con mayor demanda tenga un efecto inmediato en los niveles de competencia, ya que el mercado actual -y, en particular, las rutas examinadas- muestran un alto nivel de concentración”. 56 frecuencias diarias en las rutas analizadas están en manos del grupo económico IAG y solo una frecuencia diaria está en manos de Ryanair.
Además, recalcan que la sustitución de las rutas aéreas por estos corredores ferroviarios podría ahorrar al Estado hasta 50,6 millones de euros, teniendo en cuenta los costes de externalidades (impactos en la salud, bienestar o daños ambientales).