La operación de rescate comenzó cuando se notificó al Departamento de Agricultura y Pesca de la ciudad de Kaohsiung, en Taiwán, que había unos 20 cetáceos desorientados, en peligro de encallar en las playas taiwanesas.
El frío hizo que la mayoría de ellas muriesen y el equipo de salvamento decidió llevar a tres ballenas a la orilla, para tratarlas y luego devolverlas a alta mar.
Después, un equipo de más de 60 personas, bajo la supervisión del Centro de Investigación Biológica y de Cetáceos de la Universidad Cheng Kung (CIBC), las capturaron y llevaron a ese centro para su tratamiento médico, según ha señalado el diario 'Taipei Times', citando al doctor Wang Chien-ping, del CIBC.
Pero, finalmente, los tres cetáceos murieron debido a su debilidad cardiopulmonar y se halló gran cantidad de desechos y plásticos, en su disección, ha explicado el doctor Wang Chien-ping: "El estómago de una de las ballenas estaba lleno de bolsas plásticas. No podía introducir más comida, aunque estuviese muy hambrienta", agregó Wang, que pidió la reducción del uso de bolsas plásticas.
El gobierno municipal de Kaohsiung ha habilitado una línea telefónica especial, con el número 1999, para que el público informe sobre cetáceos desorientados en las aguas cercanas.