No solo los seres humanos, y otros mamíferos previamente entrenados, somos capaces de percibir el ritmo de manera natural.
Esta capacidad también la compartimos con los elefantes marinos, una facultad desconocida en mamíferos salvajes.
Un equipo de científicos, liderado por Nicolas Mathevon, ha llegado a esta conclusión después de estudiar la percepción sonora de los elefantes marinos del norte de California (EEUU).
Los resultados, publicados en la revista Current Biology, revelan que este mamífero memoriza el ritmo y el timbre de las voces de sus rivales. Esta es la primera evidencia de que un animal salvaje es capaz de percibir el tempo.
Tras varios años estudiando a estos animales, los investigadores y autores del trabajo llegaron a reconocer a cada uno de ellos por el característico ritmo de sus voces. Para averiguar si estos animales también eran capaces de identificarse entre ellos de esta forma, los investigadores diseñaron un experimento en el que observaron cómo reaccionaban los machos beta, subordinados al macho dominante, frente a las voces modificadas por ordenador de machos alfa.
Al escuchar voces con un tempo similar al de los machos dominantes, los beta huían rápidamente de la escena, mientras que si el patrón rítmico no era claro no se movían de su lugar.
Las diferentes respuestas indican que los elefantes marinos son sensibles a la tonalidad y al ritmo de la voz de sus potenciales rivales, según los científicos.
Este descubrimiento supone un gran paso adelante aunque los investigadores esperan realizar futuras investigaciones para averiguar si estos animales son capaces de distinguir patrones sonoros más complicados.