El 40% de la contaminación atmosférica, corresponde en exclusiva a las emisiones de carbono producidas por los edificios. De este porcentaje, tan solo un 20% corresponde a emisiones procedentes de viviendas residenciales. El resto, se derivaría de la contaminación de inmuebles comerciales.
Los objetivos del Acuerdo de París se basan en evitar que las temperaturas máximas del planeta superen los dos grados para 2050. Algo que, según una estimación de expertos europeos, debería suponer la reducción, en un 80%, de las emisiones contaminantes procedentes de inmuebles.
La comisión de especialistas de España, Países Bajos, Reino Unido y Alemania pertenecientes a la campaña Monitor del riesgo de emisiones de CO2 en el sector inmobiliario (CRREM), anunciaban la necesidad de tomar medidas más efectivas para reducir unos niveles de contaminación, muy alejados de cumplir la meta de los Acuerdos de París. Según estos acuerdos, las emisiones producidas por todo tipo de inmuebles no deberían superar las 24 millones de toneladas de carbono para 2050.
No obstante, como informan los analistas europeos, “al ritmo actual de emisiones, esta cifra se habrá alcanzado en 2039.” Para evitar esta situación, los autores del informe se basan en dos medidas distintas: Por un lado, las emisiones de carbono procedentes de edificaciones deberán reducirse en torno a un 78% o un 91% desde ahora y hasta 2050; y por otro, todos los edificios de la Unión Europea deberán ser acondicionados antes de 2030, para lograr los objetivos de sostenibilidad.
Este reacondicionamiento de gran parte de las edificaciones comerciales actuales resulta de unos inmuebles, cuya construcción data de los años sesenta. Lo que supondría unas instalaciones que no estarían preparadas para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible de 2050.