El centro pretende concienciar sobre la función de este animal como regulador de los ecosistemas, se ubica en Robledo, un anejo de Puebla de Sanabria, en Zamora, situado en el límite de la reserva de caza de la Sierra de la Culebra, que tiene la mayor densidad de la especie de Europa.
Desde la asociación pretenden que se entienda que los lobos no son alimañas, sino que su labor es vital para mantener los ecosistemas, además quieren que se conozca y respete la especie.
Al frente de cada una de las dos manadas se encuentra un lobo alfa, Saurón en uno de los recintos y Atila en el otro, que conviven con las hembras y con el pequeño del grupo, Robledo, al que gestó el año pasado la loba Dakota en estas instalaciones tras aparearse con Atila. Este es el ejemplar nacido en el centro, aunque una malformación ha hecho que todavía no esté suelto.
En los últimos años se han sucedido continuos ataques al ganado por parte de los lobos, pero, según la organización, estos ataques se producen en zonas en las que no están acostumbrados a convivir con estos animales, prueba de ello es que cerca de este lugar hay una explotación de ovino con 1.500 ovejas y nunca ha sido atacada.
El lobo siempre ha gozado de una mala fama, pero para hacer frente a este mito, el centro divulga su papel en la naturaleza como animal depredador y carroñero fundamental para evitar superpoblaciones de herbívoros o de zorros, además de la reducción de plagas.
La diferencia con respecto a otras instalaciones de España es que en Robledo (Zamora) también hay un centro de interpretación, una clínica veterinaria especializada y biólogos que lo convierten en un centro de recuperación de lobos de referencia en Europa, pero el principal atractivo para los visitantes es poder observar a los lobos cuando se les da de comer dos veces al día.
En la alimentación existen unas reglas y la comida siempre se les da en trozos pequeños, a veces escondida para estimular su olfato y en ningún caso se les facilitan animales vivos.