Los investigadores determinaron, además, que la entrada de sedimentos en el océano parece estar aumentando en la última década a un ritmo más elevado por culpa de las altas temperaturas registradas en el Ártico.
Así, este incremento de la llegada de materiales derivados del deshielo a las aguas del Ártico podría afectar al ecosistema de la fauna ártica, caracterizada por tener especies endémicas. En concreto, la profesora Lauren Kipp y su equipo, del Instituto Oceanográfico de Woods Hole (Massachusetts, Estados Unidos, encontraron que el deshielo está provocando un aumento de los balances de nutrientes, carbono y trazas de metales de las aguas del océano.
Los científicos midieron la distribución de los isótopos de radio, que dejan una huella isotópica única en el agua de mar, para determinar las entradas de sedimentos en esas aguas. El intercambio entre sedimento y agua en esta región se ve afectado por la descarga de los ríos y la erosión costera, que están cambiando por el incremento de las temperaturas.
Los autores compararon sus datos con un estudio de 2007 realizado por el científico alemán Rutgers van der Loeff y encontraron un pronunciado aumento en las concentraciones de este tipo de isótopo (228) en las aguas superficiales.
En base a estos hallazgos, el equipo de Kipp concluyó que estas aportaciones de isótopos no están en situación estable y están produciendo "profundos aumentos" en los balances de nutrientes, carbono y trazas de metales de las aguas del océano.
Los investigadores aseguraron que el control continuo de las entradas de sedimentos en las aguas superficiales del Ártico puede ofrecer "una mejor comprensión de cómo el cambio climático influirá en la química y la biología" del océano Ártico.