Estudios previos apuntaron que estos marsupiales tienen una baja diversidad genética, ocasionada por el declive de su población debido a la interferencia humana o por enfermedades.
La nueva investigación ha analizado el genoma del koala y ha identificado a varias poblaciones con diversidad genética anterior a la colonización europea y su caza intensiva para vender su piel a principios del siglo XX.
Así, indica que los koalas, a pesar de sus requerimientos dietéticos específicos, viven tanto en los bosques subalpinos del estado de Victoria, como en las forestas tropicales del estado nororiental de Queensland.
No obstante, su distribución no es continua en este rango territorial y algunas poblaciones habitan en lugares menos comunes a las que fueron reubicados.
El koala Phascolarctos cinereus está considerado como una especie vulnerable en los estados de Queensland y Nueva Gales del Sur y en el Territorio de la Capital Australiana.
Se trata de un animal muy delicado y especialmente sensible a cualquier cambio en el medioambiente, permanece unas 20 horas al día dormitando o descansando, y utiliza las cuatro horas restantes para alimentarse con hojas de varias especies de eucaliptos.