Un grupo de delfines adiestrados serán los encargados de localizar a las 30 últimas vaquitas marinas existentes en México, que serán trasladadas a un santuario del Alto Golfo de California noroeste, según ha informado Lorenzo Rojas, coordinador de Investigación y Conservación de Mamífero Marinos del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático de la Semarnat.
Aunque la cifra oficial de estos animales propios de México se estimaba en 60, el último reporte del Comité Internacional de Recuperación de la Vaquita Marina (CIRVA) lo ha situado en 30 ejemplares en vida silvestre.
Este informe también ha asegurado que en los últimos cinco años la población ha disminuido en un 90% y que solo en un año, la cifra ha pasado de 60 a 30 animales.
La principal causa de muerte de la vaquita es la pesca furtiva, sobre todo de la totoaba, un pez cuya vejiga natatoria se vende en el mercado negro por miles de dólares el kilo, sobre todo en Asia, donde se le atribuyen propiedades rejuvenedoras y afrodisiacas.
Entre 1985 y 1992 se quedaron atrapadas unas 128 vaquitas en artes de pesca, de las cuales un 65% fueron en mallas para atrapar a la totoaba.
Este problema se conoce desde hace años, pero es ahora cuando se está preparando un plan "in extremis" para salvar a la vaquita de su inminente extinción.
"Esto no se ha hecho nunca antes", ha declarado Jorge Urbán, profesor-investigador y miembro del CIRVA, que también ha asegurado que el lugar que se buscará a la vaquita probablemente sea una bahía cerrada que reduzca al mínimo "los peligros posibles".
Pero para que este plan se lleve a cabo es necesario encontrar a estos mamíferos marinos, difícil de localizar por ser nerviosos, esquivos y pasar poco tiempo en la superficie.
Para hallarlas, se utilizaran tres métodos: el avistamiento desde un barco, programas de localización acústica y delfines adiestrados por la Marina de Estados Unidos.
Con este último se espera que los delfines puedan "identificar los gemidos que hacen las vaquitas y de esa manera ubicarlas, que sean una especie de guía hacia dónde buscar las vaquitas".
El proyecto arrancará este año 2017, entre mayo y octubre, cuando lo permitan las condiciones meteorológicas.
Algunas ONGs como Greenpeace han denunciado que las marsopas "generalmente no llevan bien el cautiverio" y que padecerán "estrés adicional". Sin embargo, Rojas ha señalado la existencia de marsopas en cautiverio que han evolucionado de forma positiva y se han reproducido con frecuencia.
Este será un último intento por preservar a la vaquita marina y evitar una extinción anunciada.