Los efectos del cambio climático se han acentuado en los últimos ocho años, los más cálidos desde que hay registros, y en los que se ha observado cómo la subida del nivel del mar se acelera, el deshielo de los glaciares europeos bate récords y los fenómenos meteorológicos extremos provocan graves daños, según concluye el avance provisional de un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
La OMM ha publicado el documento el 6 de noviembre coincidiendo con la inauguración de la XXVII Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU COP27, en la localidad balneario de Sharm-El Sheik, en Egipto.
Según los expertos, a raíz del aumento continuado de las concentraciones de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) y de la constante acumulación de calor, los últimos ocho años van camino de ser los más cálidos de los que se tiene constancia.
Este año, olas de calor extremas, sequías e inundaciones devastadoras han afectado a millones de personas y han ocasionado pérdidas valoradas en miles de millones.
Las consecuencias del cambio climático son cada vez más alarmantes.
Desde 1993 la velocidad a la que aumenta el nivel del mar se ha duplicado. Entre enero de 2021 y agosto de 2022 el nivel de las aguas aumentó unos 5 mm. Esta aceleración se debe a la intensificación del deshielo.
El 10 % del incremento del nivel del mar registrado a escala mundial desde que comenzaron a obtenerse mediciones por satélite, hace casi 30 años, se concentra en los últimos dos años y medio.
2022 ha sido excepcionalmente malo para los glaciares europeos. Se midieron pérdidas medias de espesor de entre 3 y más de 4 metros en el conjunto de los Alpes.
Entre mayo y principios de septiembre, las largas e intensas olas de calor propiciaron una pérdida de hielo sin precedentes. Las primeras mediciones indican que, entre 2021 y 2022, los glaciares suizos perdieron el 6 % de su volumen de hielo.
Entre 2001 y 2022, el volumen de hielo de los glaciares de Suiza disminuyó de 77 km3 a 49 km3, lo que supone un descenso de más de un tercio.
El manto de hielo de Groenlandia, suma ya 26 años consecutivos perdiendo masa, y por primera vez en un mes de septiembre, se registraron lluvias en lugar de nevadas.
Se estima que la temperatura media mundial de 2022 superará en aproximadamente 1,15 [de 1,02 a 1,28] °C la media del período preindustrial (1850-1900).
Es posible que 2022 sea “solo” el quinto o sexto año más cálido del que se tiene constancia, debido al infrecuente episodio de La Niña que provocó un enfriamiento. Pero la tendencia de calentamiento a largo plazo continúa.
El océano almacena alrededor del 90 % del calor que se acumula como consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero debidas a las actividades humanas.
El calor oceánico alcanzó niveles récord en 2021, el último año evaluado, y hay que incidir lo rápido que se han calentado las aguas durante los últimos 20 años, y todo apunta a que, en el futuro, ese calentamiento continuará. Se trata de un cambio irreversible en escalas temporales de cientos a miles de años.
En conjunto, el 55 % de la superficie oceánica experimentó al menos una ola de calor marina en 2022, mientras que los períodos de frío marinos se circunscribieron al 22 % de la superficie de los océanos.
“Cuanto mayor sea el calentamiento, peores serán las consecuencias. Los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera son tan elevados que apenas podremos limitar el calentamiento a 1,5 °C, el objetivo menos ambicioso del Acuerdo de París”, afirmó Petteri Taalas, secretario general de la OMM.
“Ya es demasiado tarde para muchos glaciares y el deshielo continuará durante cientos, o incluso miles de años, y ello acarreará graves consecuencias para la seguridad hídrica. El ritmo de aumento del nivel del mar se ha duplicado en los últimos 30 años. Aunque todavía medimos ese incremento en milímetros por año, en un siglo representará un aumento del nivel de las aguas de entre medio metro y un metro. Para los países de baja altitud y para muchos millones de habitantes de zonas costeras es una grave amenaza a largo plazo”, aseguró.
En todo el mundo se han dado fenómenos meteorológicos extremos. En África oriental, las precipitaciones han estado por debajo de la media durante cuatro estaciones de las lluvias consecutivas, por primera vez en los últimos 40 años.
La estación actual también podría ser seca lo que provocará malas cosechas y agravará aún más la situación de inseguridad alimentaria en Kenya, Somalia y Etiopía.
En Pakistán, las lluvias récord de julio y agosto provocaron vastas inundaciones que afectaron a 33 millones de personas.
África meridional fue azotada por una serie de ciclones durante dos meses, a principios de año
En Cuba y el suroeste de Florida el huracán Ian ocasionó numerosas víctimas mortales y cuantiosos daños en septiembre.
Amplias zonas del hemisferio norte sufrieron condiciones excepcionalmente cálidas y secas.
China sufrió la ola de calor más extensa y pertinaz desde que se tienen registros nacionales. El río Yangtsé alcanzó el nivel más bajo jamás registrado en un mes de agosto.
Vastas zonas de Europa se vieron afectadas por repetidos episodios de calor extremo. A ello se sumaron incendios forestales y una persistente y perniciosa sequía. El caudal de los ríos europeos, como el Rin, el Loira y el Danubio, se situó en niveles críticamente bajos.
“Con demasiada frecuencia, quienes menos contribuyen al cambio climático son quienes más sufren sus consecuencias, como hemos visto con las terribles inundaciones en el Pakistán y la mortal y pertinaz sequía que castiga el Cuerno de África. Pero incluso las sociedades bien preparadas han sufrido este año los estragos de los fenómenos extremos, como demuestran las prolongadas olas de calor y la sequía en gran parte de Europa y el sur de China”, dijo el profesor Taalas.
“Los fenómenos meteorológicos extremos se están intensificando, y por ello es más importante que nunca velar por que todos los habitantes de la Tierra tengan acceso a las alertas tempranas, dado que permiten salvar vidas”.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, desvelará en la CP 27 un Plan de Acción para alcanzar en los próximos cinco años los objetivos de la iniciativa Alertas Tempranas para Todos. Actualmente, la mitad de los países del mundo carecen de sistemas de alerta temprana. El señor Guterres ha pedido a la OMM que lidere la iniciativa.
El informe de la OMM sobre el estado del clima mundial, publicado anualmente, se sirve de indicadores climáticos clave para proporcionar información autorizada sobre el estado actual del clima e informa sobre los episodios extremos y sus consecuencias.
La versión provisional del informe de 2022 contiene cifras de temperatura recopiladas hasta finales de septiembre, y la versión definitiva se publicará el próximo mes de abril.