La serie 'Black Mirror' mostró en el último capítulo de su tercera temporada como en un futuro existirían abejas dron que serían las encargadas de polinizar las flores, debido a la extinción de esta especie.
Esperemos que lo que ocurre al final de este capítulo no pase con el nuevo invento de varios científicos de la Universidad Politecnica de Varsovia, los cuales han conseguido crear la primera abeja robótica con capacidad para polinizar. El invento consiste en un dron en miniatura que puede encontrar una flor masculina, recoger el polen y transferirlo a una femenina para fertilizarla.
Los científicos han creado, hasta el momento, dos tipos de drones: uno volador y otro terrestre, que van armados con un "plumero" donde el polen se impregna y se reparte entre las flores.
El insecto ya ha sido probado en el campo y sus resultados han sido exitosos. Rafael Dalewski, creador de esta abeja, ha asegurado que ya tienen la primera semilla "obtenida a través de esta polinización artificial, por lo que queda demostrado que el robot puede hacer casi lo mismo que las abejas reales".
Con ese "casi" se refiere a que todavía no han conseguido que los drones produzcan miel como las abejas reales, entre otros factores. Pero, ha asegurado que con este invento no van a sustituir a los insectos sino "ayudar a su labor y completarla".
Además, estos drones tienen otras aplicaciones. En la agricultura, por ejemplo, pueden servir de forma precisa para la "dosificación inteligente de fertilizantes, abonos o pesticidas", mediante su programación, de forma que depositen las cantidades adecuadas según el tipo de cultivo.
Este invento puede suponer un gran avance para el medio ambiente, puesto que se ha demostrado que las abejas son fundamentales para el Planeta y son muchos los que han atribuido el fin de esta especie con el fin del mundo.
Desde hace dos décadas, los campesinos llevan detectando el despoblamiento de las colmenas que lleva a la desaparición de las abejas y que según la Unión Europea, la mortalidad de estos insectos en la región se encuentra entre el 3,5% y el 33,6%, según los distintos países.