Estos contaminantes presentes en la atmósfera y en el hogar pueden aumentar el riesgo de sufrir patologías durante la infancia del niño. Estos contaminantes son los compuestos orgánicos persistentes (COPs), que se encuentran en los pesticidas, aislantes, lubricantes y otros muchos productos industriales.
El estudio refleja que la concentración de compuestos orgánicos persistentes en la madre se relacionan de forma clara con la del recién nacido. Los compuesto orgánicos se acumulan en el tejido de los individuos y las embarazadas tiene una determinada cantidad.
La transferencias de los contaminantes se realiza a través de la placenta, “con lo que el recién nacido ya nace con una concentración de PCB y PBDE”, ha subrayado la investigadora del Instituto de Oncología, especialista en cáncer de pulmón.
La vida prenatal es la fase del desarrollo humano más sensible a los contaminantes medioambientales, y una temprana exposición a los Compuestos Orgánicos Persistentes puede aumentar el riesgo a padecer problemas de salud durante la infancia, concluye el estudio.
El estudio ha sido publicado en la revista Environment internacional, de la editorial científica, Elsevier. Para su elaboracion ha contado con la colaboración de la Universidad de Oviedo, el Consorcio Español para la Investigación en Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y el Instituto de Diagnóstico y Estudios del Agua (IDAEA, CSIC), se ha centrado en medir los PCB (presentes, por ejemplo, en equipos eléctricos) y los PBDE (usados en plásticos y espumas).
¿Cómo se ha realizado el estudio?
Tomaron 308 muestras de sangre de madres y sus respectivos cordonde umnilicales asi como 50 tejidos de placenta donde midieron la concentración de 14 pesticidas organoclorados, siete PCBs y 14 PBDs.
Los resultados reflejan además que la presencia de estos compuestos influyen en la obesidad, es decir, en cuánto aumenta la madre de peso o el niño.
Hasta la fecha se desconoce con exactitud cómo es el mecanismo de transferencia de los COPS.Según las conclusiones del estudio es necesaria más investigación para conocer los efectos de algunos de estos contaminantes en los niños.