El pasado viernes, miles de jóvenes, entre los que se encuentra la activista sueca Greta Thunberg, tomaron la ciudad de Glasgow en la protesta climática organizada por Fridays For Future (Viernes por el futuro, con sus siglas en inglés: FFF), para criticar las promesas vacías que han tenido lugar durante la primera semana de la Cumbre del Clima COP26.
Un total de 25.000 manifestantes tomaron la ciudad escocesa y recorrieron las calles hasta George Square, donde diversos portavoces indígenas y jóvenes afectados por la desigualdad causada por la crisis climática contaron los impactos que ya sufren.
Por su parte, la activista Thunberg criticó que los líderes continúen de forma deliberada con la explotación de la naturaleza y las personas, lo que destruye las condiciones de vida presentes y futuras. Del mismo modo, aseguró que la COP26 es un fracaso.
El argumento que le dio a esta afirmación es que las cumbres del clima se han convertido en eventos de relaciones públicas que perpetúan la pobreza y la desigualdad, al mismo tiempo que permiten a la élite mantener sus beneficios.
La manifestación, que se extendió durante el fin de semana, coincidió el sábado, 6 de noviembre, con la celebración del Día de Acción Global por la Justicia Climática.
Durante esta jornada, se desarrollaron más de 250 acciones mundiales para reclamar a los líderes políticos que asuman compromisos ambiciosos para evitar que el aumento de las temperaturas sobrepase los 1,5 grados y que adopten soluciones basadas en la justicia climática.
Además de las manifestaciones en Glasgow, se desarrollaron otros movimientos en diferentes lugares del mundo, con el objetivo de que las personas tengan la oportunidad de hacer oír su voz sobre lo que está ocurriendo en la COP26.
Por todo ello, los activistas confían en la necesidad de seguir presionando para que la COP26 no permita las compensaciones y ponga en peligro los derechos humanos y los derechos de los pueblos indígenas.