El autor principal del trabajo, Alexander Otto, ha explicado al diario 'The Guardian' que hay muchos factores del cambio climático que no se pueden incluir en los modelos que manejan los climatólogos. A su juicio, una gran parte del calentamiento reciente ha sido absorbido por los océanos, pero que no tardará en volver al aire ya que la expansión termal de los océanos es uno de los factores principales que asoman detrás del aumento del nivel del mar.

Para los científicos de este trabajo, publicado en 'Nature Geoscience', algunas de las predicciones más extremas del calentamiento global no se materializarán, pero han señalado que tampoco son correctas las creencias de los escépticos en el cambio climático, que aseguran que este se "estancó" en 1998, cuando se registró la temperatura media global más elevada.

La nueva investigación muestra que sería necesaria una "pausa" más larga para poder sugerir que el planeta no se está calentando a una velocidad elevada.

Así, Otto ha indicado que este modelo más reciente no puede ser tomado como evidencia de que el cambio climático se ha detenido. "Teniendo en cuenta el ruido en el sistema climático y de temperaturas, sería necesario ver un período más largo para poder sacar la conclusión de que el calentamiento global no está sucediendo", se señalado, para añadir que se trataría de un registro de las temperaturas durante un lapso de 40 años.

El investigador ha apuntado que la mayoría de los modelos de cambio climático utilizados por los científicos eran "bastante exactos". Se espera que un estudio global de la ciencia del cambio climático que se publicará en septiembre por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre este tema, de su primer informe importante desde 2007.

Por su parte, el profesor en el Instituto Max Planck de Meteorología de Hamburgo, Jochem Marotzke, ha indicado que "es importante no sobre-interpretar una sola década".

Otros investigadores también han alertado de que no se deriva mucho consuelo de las nuevas estimaciones. Según han indicado, las emisiones de gases con efecto invernadero están aumentando a un ritmo superior al previsto para este momento del siglo XXI y seguirá creciendo. En consecuencia, las previsiones de calentamiento también tienen que elevarse, han concluido.