Rodolfo Dirzo, investigador de la Universidad de Standford (EEUU) y autor principal de primer estudio que aparece en esta edición de la revista 'Science', utiliza también términos como "defaunación" del Antropoceno haciendo un símil con el término deforestación.
La revista 'Science' publica un número especial titulado Fauna en desaparición en el que habla sobre los peligros de la reducción masiva de especies. La publicación alerta de las consecuencias ecológicas, sociales y económicas que podría conllevar la se denomina ya ‘sexta ola de extinción’.
El biólogo Rodolfo Dirzo ha explicado a la revista que estamos ante un fenómeno críptico que a diferencia de la tala de árboles, es dificil de detectar y cuantificar, las profundas consecuencias que surgen de la ausencia o reducción de animales harán pronto que el problema sea cada vez menos críptico.
Los principales resultados del trabajo revelan la desaparición de 322 especies de vertebrados terrestres desde el año 1500 y la reducción del 25% de la población restante. Por otro lado, del 67% de los invertebrados monitorizados, se registró un descenso poblacional del 45%. En este sentido, Dirzo adminte que hay más bibliografía acerca de aquellos organismos que poseen espina dorsal, particularmente de aves y mamíferos.
El equipo del biólogo mexicano reivindica que el tamaño no lo es todo, que hasta el escarabajo más pequeño en peligro de extinción, puede alterar el funcionamiento normal de un ecosistema entero.
Es el caso de la desaparición de especies como las polinizadoras o las controladoras de plagas que afectan a la producción de cultivos. Aunque la homogeneidad de los invertebrados también perjudicaría las tasas de descomposición y los ciclos de nutrientes de la tierra; y el declive de los anfibios influiría en la calidad del agua.
Exiten ciertas clases de organismos que son más susceptibles que otras al impacto humano. Es decir, entre los vertebrados, son los anfibios los que más sufren, un 41% de sus componentes están amenazados, mientras que los pájaros son los que menos lo notan, aun así, un 17% de las especies está en peligro. Han asegurado que muchas de las especies previamente no atemorizadas ante la presencia humana ahora sí lo están.
La comunidad científica apuesta por utilizar rasgos como el tamaño, las tasas de reproducción o el área de distribución en vertebrados como predictores del riesgo de extinción, para averiguar un modelo estadístico que identifiquen aquellas especies amanazadas.
Conflictos Sociales
El estudio tiene como objetivo divulgar cómo la disminución de la fauna también acarrea conflictos sociales tales como prácticas de explotación laboral, tráfico ilícito de animales o de productos derivados como el marfil.
Según los autores, la caza y la pesca comporta 400.000 millones de dólares (unos 300.000 millones de euros al año) y es el sustento del 15% de la población mundial. Por ello, la pérdida de estos recursos ha provocado que las condiciones de trabajo se endurezcan, se amplíen las horas y se reduzcan los salarios mediante el tráfico de adultos y niños.
Medidas
Para tratar el problema es preciso diseñar medidas que “reconozcan las áreas afectadas, identifiquen las partes interesadas y trabajen con los gobiernos locales mediantes acuerdos internacionales. También hay que promover métodos para lograr el aprovechamiento sostenible de los recursos”, añade Justin Brashares, autor principal de este estudio.