Uno de los objetivos de este programa es incluir un aumento de la diferencia de tarifas entre las industrias de alto consumo energético y el resto, así como ventajas fiscales a proyectos de conservación energética.

Además, China apuesta por la inversión en renovables y por ello, habrá incentivos para las compañías financieras chinas que inviertan en este tipo de energías.

El plan, presentado por el viceministro de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo de China, Xie Zhenhua, se ha llevado a cabo, entre otros, debido al descontento que ha mostrado la población en catástrofes medioambientales, problemas de seguridad alimentaria derivados y otros conflictos relacionados. 

METAS
El Gobierno chino se ha fijado la meta de reducir entre un 8% y un 10% sus emisiones de contaminantes en el período 2011-2015, según ha señalado el primer ministro chino, Wen Jiabao.

Incluso, la segunda economía mundial se fija como meta aumentar hasta el 11,4% el uso de combustibles no fósiles como fuentes de energía (aunque carbón y petróleo siguen predominando) y reducir un 17% la intensidad de carbono (emisiones de CO2 divididas por el PIB).

El país, que, durante décadas, descuidó la protección ambiental  en beneficio del crecimiento económico, presenta una grave degradación de su ecosistema.