En África, la caza furtiva de elefantes constituye un grave problema. Decenas de elefantes desaparecen al año por esta práctica, lo que supone un peligro para dos de sus especies, el elefante de la sabana y el de bosque. Estos mamíferos han reducido sus poblaciones en un 60% debido al tráfico ilegal de marfil, del que el principal destino es el mercado asiático, a pesar de las restricciones internacionales.
Aunque las motivaciones económicas de esta actividad son claras y el comercio de marfil ingresa al año unos 547 millones de euros, los beneficios obtenidos por conservar estos animales podrían ser mayores, según un estudio publicado por Nature Communication y liderado por la Universidad de Cambridge. La caza del elefante africano podría suponer una pérdida de hasta 23 millones de euros en turismo.
Los investigadores han demostrado que, aunque el hecho de eliminar esta práctica ilegal puede ser costoso, los beneficios obtenidos por el ecoturismo podrían compensarlo. Los resultados demuestran que los turistas están más dispuestos a visitar las zonas protegidas cuando los parques contienen un mayor número de elefantes y, cada uno de estos ejemplares, aumentaría el número de visitantes en un 371%.
Esta estimación se da solo con los elefantes de sabana del este y el sur del continente africano y no con los de bosque del centro, donde estos mamíferos son más difíciles de estudiar. A pesar de esto, es evidente que, desde la perspectiva del turismo, incrementar la conservación de elefantes es una sabía inversión para los países de la zona.