Esta es una de las principales conclusiones del programa de ciencia ciudadana Sacre, presentado este martes por Seo/BirdLife, que se ha llevado a cabo los últimos 25 años a partir del trabajo de campo de cerca de 3.000 voluntarios que han proporcionado datos con los que la ong ha podido conocer la situación y el estado de conservación de 114 especies de aves propias de medios urbanos, agrícolas, forestales o arbustivos.
62% de las aves en peligro tienen descenso poblacional
De las conclusiones del Programa de Seguimiento de Aves Comunes en Primavera (Sacre) se deduce que el 44% de las especies analizadas presentan una tendencia poblacional positiva y otro 19% refleja una situación estable en sus poblaciones, pero el 37% se encuentra en situación desfavorable y de ellas 26 (el 62%) han tenido un descenso poblacional superior al 30% en los últimos 25 años.
Especies como el alcaudón real, la alondra común, calandria común, codorniz común, collalba gris, collalba rubia, curruca rabilarga, escribano cerillo, escribano montesino, golondrina común, grajilla occidental y perdiz roja se han visto afectadas por este declive que Juan Carlos del Moral, coordinador de Ciencia Ciudadana de SEO/BirdLife, atribuye al estado de conservación de los hábitats o a fenómenos climatológicos como el temporal Filomena, que a pesar de su fuerza no evitará que “muchas especies resilientes sigan criando y se vayan recuperando”.
Entre los casos más representativos de aves en declive, están las que habitan en medios urbanos, como el gorrión común o el vencejo, mientras que se observa una importante evolución positiva de la tórtola turca, del estornino negro o de nuevas especies en este medio como la paloma torcaz o la exótica invasora cotorra argentina, aunque esta última no esté incluida en el cálculo de la tendencia en estos medios.
Situación preocupante de las aves de medios agrarios
Pero son las aves ligadas a medios agrarios, especialmente de las asociadas a cultivos herbáceos y a la campiña cantábrica, las que presentan la situación más preocupante por el declive constante que muestran a lo largo de los años, un problema que se ha observado por ejemplo en el sisón, el aguilucho cenizo, la codorniz, o las calandrias, según explican desde la organización.
Los responsables de SEO/BirdLife han agradecido el trabajo desarrollado por “investigadores, pajareros o contadores de pájaro” ya se trate de ornitólogos o de voluntarios, que han demostrado que observar o escuchar las aves “da felicidad” y es “algo más que un capricho de aficionados”, a los la directora ejecutiva de la ong ha animado a participar en los cursos de formación que imparten “para que la gente gane oído” y salga al campo a hacer seguimiento de las especies.
Lamentan que “todas las aves con el ‘apellido’ común estén dejando de serlo, en especial las de los medios agrarios” y por ello reclaman a las administraciones que adopten “políticas y cambios sectoriales que resulten beneficiosos para la salud de los ecosistemas y para nuestra propia salud”.