A través de la recopilación de una serie de imágenes por satélite, desde la Universidad de Ottawa, en Canadá, han demostrado la gravedad de las temperaturas cada vez más cálidas en el permafrost ártico, su capa permanente de suelo.
En los últimos años, ha aumentado el desplazamiento de las placas heladas de este territorio. Ya en 2013 los datos señalaban una subida, sesenta veces mayor a lo visto en años anteriores. “En 1984, hubo alrededor de 60 desprendimientos en la isla, mientras que en 2013 fueron más de 4.000”, según señalan los responsables de la investigación.
En la isla de Banks, una de las más grandes en la zona ártica, estas etapas de deshielo se debieron a los cuatro veranos más cálidos de las últimas décadas, que finalmente terminaron por derretir la capa superficial helada del permafrost ártico.
La gravedad de la situación se deja ver en el hecho de que, estos cambios en la superficie de esta área, son irreversibles y suponen, no solo una alteración del ecosistema, sino la liberación de pozos de CO2 y metano a la atmósfera, que, como informaban los autores del estudio, a su vez acelera los efectos del cambio climático.