En este escenario, las tasas de mortalidad relacionadas con el calor podrían triplicarse en toda Europa, afectando a todas las regiones del continente. Por otro lado, las muertes relacionadas con el frío experimentarían disminuciones menores, con variaciones insignificantes en la mayoría de los países.
Las proyecciones muestran reducciones moderadas en las muertes por frío en Europa del Este y pequeños descensos en Alemania, Francia, Italia y Portugal. Sin embargo, en países como Irlanda, Noruega y Suecia, donde se espera un notable aumento de la población mayor de 85 años, las muertes relacionadas con el frío podrían incluso aumentar, con Irlanda duplicando casi su tasa de mortalidad en este aspecto.
Estos resultados destacan que el cambio climático tendrá un impacto desproporcionado en las muertes por calor, afectando especialmente a las poblaciones urbanas, donde el estrés térmico es más severo. Además, los datos no contemplan diferencias de sexo, etnia, ni los efectos sobre los lactantes, otro grupo especialmente vulnerable.