La investigación, publicada en la revista Nature Climate Change, revela que el aumento del nivel medio del mar no es la única variable marina que podría afectar a las costas.
Este nuevo estudio aúna el trabajo de 10 centros de investigación, bajo la iniciativa internacional ‘Coordinated Ocean Wave Climate Project’ (COWCLIP), para la estimación de unas proyecciones de cambio climático del oleaje robustas, cuantificando por primera vez la incertidumbre introducida por las estrategias de modelización del oleaje.
La estimación de los cambios futuros en el oleaje presenta una cascada de incertidumbres proveniente de diversas fuentes, desde distintos escenarios de emisión de gases efecto invernadero, diferentes modelos del clima, hasta diversos métodos de modelización del oleaje.
Para poder obtener cambios consistentes y robustos en el clima del oleaje es necesario tener en cuenta todos los escenarios-modelos-métodos posibles y analizar el grado de consenso en la señal y magnitud de cambio.
En este sentido, y aunque se han identificado diferencias entre diferentes estudios, el trabajo publicado concluye que, bajo las condiciones de calentamiento de 2 grados Celsius establecido en el acuerdo climático de París de 2015, los cambios en el oleaje detectados son de una magnitud menor a la variabilidad climática natural.
Sin embargo, ante un escenario en el que las políticas de emisiones de gases invernadero continúen en línea con las actuales, todos los estudios realizados coinciden en que se producirán cambios en el oleaje en el 50% de las costas del planeta.
Aunque el cambio climático afecta a todo el planeta globalmente, los patrones de cambio del oleaje varían por regiones.
En menos del 5% de las costas se espera un incremento positivo de la altura de ola (sur de Australia, y algunas zonas de las costas del Pacífico de América del Sur y Central). Por otro lado, en el 15% de las costas del mundo se espera una disminución de la altura de ola.
Los incrementos significativos de la altura de ola se limitan al Pacífico Sur y la zona tropical del Este del Pacífico. En este caso, se debe a una intensificación y desplazamiento hacia los polos de los vientos del oeste en el hemisferio sur.
Además, las condiciones del oleaje no se deben evaluar solo por la altura de ola, su periodo y dirección de procedencia pueden jugar un papel fundamental a la hora de estimar impactos costeros.
Por tanto, aunque haya zonas donde la altura de ola puede disminuir, un aumento del periodo puede producir mayor alcance de la lámina de agua en costa, y un giro del oleaje puede producir un cambio en el transporte litoral de sedimentos, con la consiguiente modificación de la línea de costa debido a erosiones/sedimentaciones.