La investigación, publicada en la revista 'Nature Climate Change', admite la evidencia científica sobre los efectos negativos para la salud global de la contaminación y, por consiguiente, del cambio climático.
Las temperaturas más altas aceleran las reacciones químicas que provocan contaminantes atmosféricos como el ozono o las partículas finas que afectan a la salud pública. Incluso los árboles también emiten más contaminantes orgánicos.
Para el estudio, los expertos usaron distintos modelos climáticos globales que determinaron el número de muertes prematuras que se producirían en los años 2030 y 2100 debido al ozono y las partículas contaminantes. Se evaluaron los cambios proyectados en la contaminación del aire que contribuirán al cambio climático y, tras esto, trasladaron los cambios a la población mundial.
Tras analizar los datos, los investigadores han concluido que el cambio climático podría aumentar las muertes relacionadas con la contaminación en todo el mundo, excepto en África. En concreto, será responsable de 60.000 fallecimientos en 2030 y de 260.000 en 2100.