Grecia pretende, con esta medida, reducir el uso de bolsas de plástico por persona en un 75% hasta finales de 2020, y en un 90% hasta 2025, siguiendo con ello una directiva de la UE de 2015. Así, cada unidad costará cuatro céntimos de euro.
La normativa europea aprobada en 2015 obliga a los Estados miembros a reducir hasta 2019 el consumo de bolsas de plástico ligero no biodegradable hasta un máximo de 90 unidades por persona y año, y de 40 hasta finales de 2025, y contempla que hasta finales de este año deberán de dejar de ser gratuitas.
Los griegos consumen en torno al doble de bolsas de plástico que el promedio europeo, 269 bolsas de plástico por año y persona, lo que se traduce en torno a más de 3.000 millones por año.
El plástico es un grave problema a nivel mundial. Más en concreto, el uso de bolsas de plástico tienen consecuencias muy negativas en el medio ambiente ya que los índices de reutilización y de reciclaje son muy bajos.
Además, las bolsas de plástico provocan muchos daños a pájaros, mamíferos y a la fauna marina ya que muchas veces confunden trozos de plástico con comida e ingieren sustancias tóxicas o que se quedan atrapadas.