Los que se acercan a reciclar son recompensados con una tarjeta monedero con la que se obtienen descuentos en las entradas de cine, en tiendas, en recargas móviles o en Internet. Otra opción posible es donar el dinero recibido a instituciones benéficas adheridas al proyecto.
Esta iniciativa busca incentivar a las personas a depositar sus botellas y latas en estas máquinas para mantener las calles limpias y contribuir al reciclado de los ciudadanos, todo a cambio de un pequeño regalo. Aunque más allá del dinero, está el medioambiente y es que una botella de plástico tarda en degradarse por lo menos, 400 años; una tonelada es igual a 300 barriles de petróleo y 50.000 toneladas equivalen a plantar 300.000 árboles.
Países como China o Australia ya cuentan entre sus calles con estas máquinas. Ahora solo queda esperar a que le toque el turno a nuestro país.