Antes de la votación de la ordenanza se celebró una audiencia pública en la que los defensores de los animales y los defensores de las tiendas de mascotas pudieron exponer sus puntos de vista.
A partir de este momento, las únicas ventas de perros y gatos permitidas son las de animales que procedan de refugios y de criaderos locales regulados y que tengan un certificado de origen.
No es la primera ciudad de Estados Unidos que ha adoptado medidas contra la producción masiva de animales como negocio, sino que en 50 ciudades de Florida ya se están llevando a cabo una serie de medias. El objetivo es alentar la adopción de mascotas abandonadas.
Por su parte, las tiendas se enfrentan al lema de renovarse o cerrar si no cambian su modo de actuación.