Durante el año 2019, operativos del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) han inspeccionado más de 280 fincas distribuidas por todo el territorio español y reservadas a actividades cinegéticas. Esta investigación, que forma parte de la octava Operación Antitox, ha dado lugar a la investigación de 28 personas y al descubrimiento de más de 120 animales muertos, entre los que destacan buitres, zorros, águilas reales y linces, por métodos ilegales.
Por otra parte, los agentes de la Guardia Civil han descubierto más de 1.600 métodos de caza prohibidos, y han hallado hasta 47 cebos envenenados, que procedieron a retirar. No obstante, este tipo de prácticas, sumadas al uso de cepos no permitidos deja a más de 100 ejemplares muertos.
Como declaraban algunos de los miembros de este dispositivo especial, resulta muy difícil investigar estas actuaciones ilegales; en parte, porque se producen en el medio natural, y en parte, porque dependen de individuos que suelen conocer el terreno. Además, estas prácticas no presentan testigos en la gran mayoría de casos.
Entre los métodos de caza ilegales que más preocupan a los agentes destaca un elevado incremento en el uso de prácticas no selectivas como jaulas, cepos, lazos o ligas. Sin embargo, también se ha producido un aumento en la tendencia a emplear productos tóxicos y venenos en cebos, tanto en entornos urbanos con animales domésticos, como en entornos naturales.