Imaginen un lugar rodeado de basuras, donde la podredumbre lo cubre todo y donde los niños no tienen más futuro que buscar entre los deshechos. Pero imaginen que a alguien se le ocurre reciclar lo que otros tiran para fabricar instrumentos y formar una orquesta infantil. En ese lugar, un suburbio de la capital de Paraguay, vivía Tobías. Él y otros cuarenta niños han podido reciclar sus vidas. A ellos se la cambió: con viejas cañerías, monedas sin valor, cubiertos, candados o viejas y oxidadas latas de aceite, construyeron sus violines, bajos, saxos, flautas o violas. Con ellos dan la vuelta al mundo y el próximo día 5 ofrecerán su primer concierto en España, en el Auditorio Nacional. La música les ha dado una buena lección. Sólo en España se reciclan cada año casi 13 millones de toneladas de envases. Mañana y el viernes, estos niños enseñarán a otros cómo fabricar instrumentos musicales con esos objetos que tiramos sin pensar a la basura.