Las ardillas están engordado por culpa del cambio climático, que hace que modifiquen sus hábitos de hibernación y de alimentación.
Las ardillas ya no hibernan durante el invierno y esto se debe a que el frío ya no es tan intenso y pueden estar activos durante todo el año.
Además, las temperaturas más suaves en invierno están haciendo que las ardillas encuentren alimento durante todos los meses del año. Pero no solo eso, sino que las ardillas han visto que es fácil acceder a las ciudades, lo que hace que reduzcan sus esfuerzos en encontrar comida y en esconder esta, puesto que son conscientes de que van a conseguir más sin problema.
Todo esto, está provocando que las grasas que acumulan las ardillas durante los meses más prósperos no se gasten durante los meses de hibernación, puesto que han sido suprimidos.
Por ello, las ardillas no tienen más peso durante los meses previos a la hibernación sino que están bien alimentadas durante todo el año.
Además, un estudio de la Universidad de Zurich, ha demostrado que algunas subespecies de ardillas, como las terrestres del Cabo, pueden encontrar su alimento guiadas por el sol.
De esta forma, en la actualidad, nos encontremos con unas ardillas "más gordas", debido a los efectos del cambio climático.