Los técnicos del Proyecto Life Iberlince encontraron el pasado 26 de diciembre el cadáver de Niebla, una hembra de lince ibérico que estaba incluida dentro del programa de radioseguimiento, que mostraba señal de inactividad que posteriormente confirmó los peores pronósticos.
En un primer análisis, Niebla no presentaba signos de violencia, pero tras practicarle una necropsia se ha desvelado que el cuerpo del lince tiene dentro "unos 35 plomos", lo que hace constatar que tras su muerte está la mano del hombre.
Si bien, WWF destaca los "frutos" del programa de recuperación y reintroducción de la especie, que ha pasado de contar con más de 475 ejemplares en 2017, cuando en 2002 quedaba menos de un centenar. Durante el año 2016 nacieron 34 cachorros en libertad y la especie ha pasado de la categoría de "en peligro crítico de extinción" a la categoría inferior de "en peligro".
La ONG señala que 2017fue un "mal año" para el lince ibérico, ya que murieron 34 ejemplares, 21 por culpa de los atropellos, por trampas para otras especies y, al menos cinco por furtivismo.
En la actualidad, el censo supera los 400 ejemplares en libertad en poblaciones como Doñana o Sierra Morena, donde hay cámaras trampa para observar a los distintos ejemplares a los que prácticamente se conoce por su nombre, por lo que la ONG considera que su recuperación "no está en peligro". En total, el último censo señala que hay 500 ejemplares.
En este contexto, el responsable del programa de Especies de WWF España, Luis Suárez, advierte de que la recuperación del lince puede verse ralentizada por estas muertes causadas de forma directa por el ser humano. "Es urgente poner fin a estos problemas para poder afrontar los verdaderos retos del futuro de la especie, como son la conservación del conejo y la conectividad entre poblaciones dispersas", ha reclamado.
Suárez denuncia la persistencia de puntos negros en las carreteras, ya que de los 12 linces atropellados en Andalucía, ocho han muerto en tres puntos de la A-IV, la N-420 y la A-301, que son competencia del Ministerio de Fomento y en Castilla-La Mancha, donde han sido atropellados siete linces, tres de ellos en una única carretera. Lo mismo ocurre en Castilla-La Mancha, donde han sido atropellados siete linces, tres de ellos en una única carretera.