En este área del Pacífico solo quedan 75 ejemplares de esta especie en peligro de extinción, según el Centro para la Diversidad Biológica, la organización que interpuso la demanda. Se trata del número más bajo en los últimos 30 años.
Recientemente una orca mantuvo a flote a su cría muerta durante 17 días durante unos 1.600 kilómetros. Esta fue la causa que impulsó a las organizaciones ambientalistas a alzar aún más la voz para denunciar la crítica situación que que sufre esta especie marina.
"El tiempo se agota para estas orcas magníficas e inteligentes", dice Catherine Kilduff, una abogada del Centro. "Cada día que la gente de Trump retrasa una acción es un paso hacia la extinción de estas ballenas", añade.
El Servicio Nacional de Pesca Marina todavía no ha actuado tras la petición que el grupo hizo en 2014 para extender la protección del hábitat frente a los estados de Washington, Oregón y California.
El objetivo era ayudar a las orcas que residen en esas aguas. "Mueren de hambre por la falta de salmón, por el tráfico marítimo y la contaminación del agua", indica la organización ambientalista.
En 2015, dicha agencia federal consideró necesario ampliar la protección del hábitat para salvaguardar áreas clave de alimentación y migración en la costa oeste, pero "la Administración de Trump no ha implementado protecciones a pesar del amplio apoyo público para ellas", declara.
La ley de especies en peligro de extinción prohíbe a las agencias federales autorizar actividades que destruyan o dañen el hábitat crítico de alguna especie incluida en su lista.
Los animales con hábitat crítico protegido a nivel federal tienen más del doble de probabilidades de recuperarse que las especies que no están bajo esta clasificación, según un estudio del centro.