El nivel máximo de este afluente está en 30 metros, sin embargo ahora no supera los 13’63 metros y sus aguas están bajando unos cinco centímetros por día. La navegación se hace imposible, 60.000 familias se encuentran aisladas y se ha declarado el estado de emergencia en 40 de los 62 municipios de la región.
Las lluvias torrenciales de los últimos días no han sido suficientes y las fuerzas aéreas brasileñas se encargan de suministrar agua, alimentos y medicamentos a las familias que viven en las zonas afectadas.
Los expertos opinan que la disminución de las aguas del Río Negro no es ajena a la destrucción de la selva amazónica, si bien el Río Amazonas es considerado el corazón de la Amazonía brasileña, la mayor reserva ecológica del la Tierra por poseer el 25% del agua potable a nivel mundial.
Las medidas tomadas por los diferentes gobiernos no han conseguido paralizar la preocupante deforestación de la selva, un objetivo primordial para los que luchan por proteger el Planeta.