El jueves 6 de julio se cumplió un año desde que Metro de Madrid permitió oficialmente a los perros viajar en el suburbano.
La convivencia entre perros y humanos, doce meses después, se desarrolla con total normalidad.
Al día viajan unos 350 perros, según Metro de Madrid, adoptando las normas que la empresa marca: ubicarse en el último vagón, acceder con bozal y correa, y portar el chip de identificación.
La organización dicta, también, la prohibición de la entrada de lunes a viernes de 7.30 a 9.30 horas, de 14.00 a 16.00 horas y de 18.00 a 20.00 horas, además de que solo se puede llevar un perro por viajero.
La infracción más común es por la falta de bozal, pero, por lo general, el reglamento se ha cumplido durante estos doce meses y, solo se han puesto 54 sanciones a usuarios.
En total, Metro ha recibido 353 reclamaciones desde que se aprobó la iniciativa. El 15% corresponde a personas que están en contra de permitir el acceso de animales en el Metro, mientras que el 85% restante procede de usuarios que tienen perro y no están de acuerdo en la obligación de llevar bozal, o protestan por las limitaciones en el horario de acceso.
En materia de limpieza, Metro ha recibido siete quejas por haber encontrado sucios los trenes o las estaciones por la presencia de los canes.
Además, ha habido cuatro por falta de información en las estaciones sobre los requisitos para poder viajar acompañado de mascotas.
Por último, se ha producido una única reclamación de un cliente que manifiesta que un perro le ha mordido.
Protectoras como El Refugio, una de las impulsoras de esta iniciativa, han celebrado el aniversario y afirman que “la decisión de permitir el acceso de animales al Metro ha mejorado la vida de miles de madrileños y sus perros, y ha mejorado la imagen de Madrid, ya colocada en línea con la tendencia de las más importantes ciudades europeas en cuestión de derechos ciudadanos y convivencia sostenible”.