La mayoría de las muertes no naturales han sido producidas por atropellos (21) y por caza ilegal (5). Desde esta organización creen que estos números no suponen una amenaza para “la recuperación del lince, no está en peligro. El último censo, elaborado en 2016, contabiliza 475 linces y se espera que el de este año se superen los 500” aunque reconocen que sí pueden “ralentizar los esfuerzos realizados para sacar al lince ibérico de la categoría ‘en peligro crítico’ de extinción”.
WWF ha anunciado que va a denunciar esta situación al Ministerio de Fomento para que se tomen medidas, se pongan en marcha las obras previstas en las carreteras y no vuelva a sucederse esta situación. En la carretera han sido atropellados 21 ejemplares, “la mayoría de éstos ocurren en varios puntos negros ya señalados por la organización en la campaña ‘Ni un lince más atropellado’”. En concreto, 8 de las 12 muertes en la carretera de Andalucía se han producido en tres puntos de la A-IV, la N-420 y la A-301, las dos primeras de competencia estatal. En Castilla-LaMancha ha ocurrido algo similar, de los 7 linces atropellados, 3 han fallecido en la misma carretera.
Debido a lo anterior, WWF recrimina al Ministerio de Fomento que, contando con la financiación necesaria gracias a las autoridades ambientales, europeas y nacionales, las obras que habían prometido no hayan comenzado. Además, pide a las Consejerías de Andalucía y Castilla-La Mancha mayor esfuerzo por mejorar las carreteras y crear los pasos de fauna necesarios.
Por otro lado, la caza ilegal y las trampas ilegales han matado a 5 linces en lo que llevamos de 2017, es la segunda causa de muerte no natural. Esta organización pide que la población y sobre todo los cazadores ayuden al Seprona a encontrar a quienes han asesinados a estos linces para que puedan ser juzgados.